lunes, 2 de noviembre de 2009

LA EXPERIENCIA DE LA VIDA



Aquí estamos los mayores,
los de la clase de adultos,
los que nunca exigen nada,
sólo pedimos lo justo.

Sólo pedimos cultura
que es de justicia, señor,
que siempre la hemos buscado
y nadie nos la ofreció.

Pero ha llegado la hora
y queremos demostrar
que el deseo de aprender
no lo desgasta la edad.

Y podemos enseñar aunque parezca mentira,
y nuestra lección sería
la experiencia de la vida.

Que somos rosas marchitas
del rosal de la experiencia,
pero nos sentimos vivas,
que no nos sentimos muertas.

Y el encuentro de este día
bien claro nos lo demuestra,
que cantamos, bailamos
y olvidamos los problemas.

Y con todos los profesores
que pongan mucha voluntad,
que no hay cosa más bonita
que saber para enseñar.

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